Roselis von Sass

Saba, el Pais de las Mil Fragancias


¡Feliz Arabia! ¡Feliz Saba!

Situada a una altitud de 2.000 metros al sur de la Península Arábiga, en la región del actual Yemen, Saba fue llamada el «país de las mil fragancias y país del aroma dorado», ya que su riqueza provenía de las aromáticas resinas de los árboles de incienso, mirra y bálsamo — cuyo intenso aroma podía ser percibido por los navegantes que pasaban por la costa del país.

«¡Bendiciones y alegría!» era el saludo de los sabeos de otrora, quienes vivían rodeados de belleza, armonía y prosperidad. Este pueblo permaneció durante mucho tiempo aislado de las impurezas y sufrimientos que afectaron la vida de los seres humanos.

La narrativa envolvente de Roselis von Sass rescata la personalidade de Biltis, poderosa reina y sacerdotisa suprema de Saba, objeto de innumerables investigaciones y leyendas, y su célebre viaje en una visita al rey judío Salomón. Las enseñanzas de la escuela de sabiduría del maestro Bildad, la conexión de los sabeos con la naturaleza y su excelsa medicina, las ceremonias religiosas y la conducción política del país, entre otros aspectos, se exploran en el curso de los descubrimientos, conflictos y afectos de dos figuras legendarias.

El antiguo pueblo sabeo que cultivaba el anhelo del conocimiento espiritual, y el rey Balak con sus valiosos papiros revivieron las enseñanzas de los sabios caldeos, vinculadas a la construcción de la Gran Pirámide de Egipto. Dos sacerdotes egipcios, de visita en el reino, aportaron conocimientos sobre Moisés y un misterioso príncipe del desierto. Finalmente, la reina Biltis lideró una verdadera reforma espiritual, que causó grandes cambios en las costumbres de su pueblo.


SOBRE LA AUTORA


Roselis von Sass

Roselis von Sass (1906-1997), nacida en Austria, pasó su infancia en Europa, donde hizo sus estudios. Aún joven, se trasladó a Brasil, donde se radica y establece su residencia en los alrededores de la ciudad de São Paulo.

El aspecto más profundo de la existencia, con sus enseñanzas, fue siempre el principal objetivo de esa extraordinaria escritora. Muy tempranamente su alma sensible aprende a discernir la realidad de las apariencias, concluyendo que: "No es el lugar en que nos encontramos ni las exteriorizaciones que tornan felices a las personas; la felicidad proviene del íntimo, de aquello que el ser humano siente dentro de sí mismo".

Todo lo que sucedió en el transcurrir del tiempo permaneció registrado y guardado. Nada se perdió. Se puede decir también que toda la vida humana, que se inició hace millones de años, fue filmada y archivada hasta que todos los destinos humanos se cumplan en la ley de la justicia divina.

La autora poseía, como característica notable de su personalidad, el don de escrutar ese pasado, relatando la extensa tejedura de acontecimientos que quedaron grabados en el gran libro del vivir humano.

Su vida laboriosa y fecunda fue siempre dirigida por el "amor". Amor a la naturaleza con todas sus criaturas; amor a los seres humanos y, principalmente, un profundo y fiel amor al Creador.